Cada una en su casa

 8. Educar en casa


Leyendo otros blogs, me he encontrado con las publicaciones de compañeras han analizado el home schooling desde un punto de vista muy interesante, planteando entre otras cosas la idea de educación en casa como una práctica elitista que solo se pueden permitir algunas personas privilegiadas dentro de nuestra sociedad; mencionan también la escasa socialización con sus pares; así como la complicación para garantizar una formación completa y suficiente de las educadoras; la falta de diferentes puntos de vista; los roles de género, ya que suelen ser las mujeres quienes se encargan de esta educación en casa... Dejo aquí los enlaces a sus entradas porque no se pueden dejar pasar: SaraAlicia, Beatriz, o Cristóbal.

En cualquier caso, estamos pensando en las familias nucleares típicas de las ciudades, con pocas criaturas y con madres y padres que trabajan por cuenta ajena. Cambiemos el foco y pensemos en otro tipo de familias o comunidades, alejadas de las ciudades o grandes núcleos urbanos, en las que haya un número considerable de criaturas, donde la actividad laboral de las familias es más estacionaria y no se puede asimilar a un calendario escolar anual... Tal como funciona ahora con la escolarización obligatoria, algunas criaturas tienen que viajar cada día hasta el centro escolar, a veces a más de una hora de sus casas y volver cada tarde, ¿hasta qué punto esto beneficia a la infancia? 

Desde diferentes sectores, se habla de fijar población en las zonas rurales, de mantener usos y costumbres locales, pero insistimos en unificar el sistema educativo. Hablamos de diversidad, pero sólo como diversidad de los individuos, no de la diversidad cultural o social que su entorno. Al final todos los individuos se deben asimilar al sistema. Preparamos a las criaturas para trabajar sentadas (6 horas en un aula), durante 5 días a la semana, bajo la autoridad de un/a profesor/a, resolviendo situaciones y entregas según un calendario prefijado... aprenden a ser empleadas/os.

La educación itinerante en los circos podría entenderse como un caso de educación en casa asistida por el sistema educativo legar y vigente, ya que atiende las necesidades específicas de esa pequeña comunidad y su forma de vida. ¿Por qué en este caso se apoya desde el estado, pero no se extiende a otros estilos de vida nómada o comunidades aisladas?

Feriantes, familias de trabajadores/as agrícolas que trabajan por campañas, poblaciones de aldeas en zonas de montaña...

El aprendizaje en casas podría ser una herramienta para fijar población y como acogida de la diversidad dentro de nuestra sociedad. No necesariamente con profesorado permanente, a lo mejor con profesorado que haga un seguimiento más o menos periódico y forme también a las familias para que acompañen esos procesos. Adaptar la educación a los diferentes estilos de vida, a la diversidad, a los ritmos y las culturas; dar las herramientas de participación en la sociedad que se requieran en cada caso y crear conocimiento desde otras realidades.

La colonización se apoyó en la educación como mecanismo para imponerse. Desde la evangelización forzada en América del Sur, que han llegado hasta el siglo XX, pasando por la escolarización forzosa de los pueblos indígenas en Canadá (s. XIX yXX) o la privación de patria potestad sobre sus criaturas al pueblo gitano en España, el método sigue siendo el mismo: reducción, asimilación y homogeneización en base a la cultura dominante. Las pedagogías decoloniales proponen otra forma de hacer, "proponiendo una escuela con sus especificidades de conocimientos, tiempos, saberes y formas de pensar, otras epistemologías".


Fotografía de un internado indígena extraída de la web de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación.

Podemos pensar el homeschooling como instrumento para construir una educación decolonial, comunitaria y diversa.

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