20. Prevención de problemas en el aula
Paz ≠ ausencia
de conflicto
La cultura de paz plantea la paz como un proceso y no como un objetivo. Vivimos en un sistema punitivista que castiga las desviaciones (delitos, crímenes…), mediado por el sistema judicial. En última instancia, tiene como objetivo la reinserción, aunque podríamos valorar si lo hace de la mejor manera. Este sistema se extiende a nuestra manera de afrontar los conflictos. Tendemos a esperar a que la situación sea insostenible, en lugar de crear un clima de comunicación, revaluación y consenso.
Ya he hablado antes del libro Producir lo común; dedica un capítulo a la justicia planteándola desde el punto de vista de acuerdo, reparación
y educación. Lo que significa que busca un consenso (mediado) para la
solución de los problemas, que haya una reposición o una compensación
del daño generado, y además, la sociedad asume la responsabilidad de se
haya producido el daño, al no haber dado la educación y apoyo adecuado para que no ocurra, por lo que se compromete a la reeducación de
la persona (¡revolucionario!).
Atender el
conflicto no es huir de él, obviarlo o evitarlo, en contra de lo que promueve
la famosa frase “Si quieres la paz, prepárate para la guerra” del romano Flavio
Vegecio Renato. De ser
así, extrapolado a ejemplos actuales, podríamos decir que Irán ha estado en “paz”
hasta que comenzaron las revueltas, y estaríamos obviando la situación de
represión constante sobre las mujeres durante los últimos 40 años; o que el
estallido social de 2019 en Chile rompió la “paz reinante”, olvidando la creciente
presión sobre la población; o que cada vez que la PAH paraliza un desahucio plantándose
frente a la policía, están rompiendo con el “orden social”, y estaríamos ignorando la violencia
económica estructural de las políticas de vivienda.
Por lo que aplicado al caso de conflictos en el aula se podría probar los
siguientes pasos:
- Interrumpir el conflicto en el momento en que se está dando, (parar una discusión).
- Dejar tiempo para la reflexión sobre la situación. Quizá un día que se clamen los ánimos y hacer acompañamiento de ambas partes durante ese tiempo, (siempre respetando los espacios que cada una/o reclame).
- Involucrar a todas las personas que tengan que ver con el conflicto y aquellas que son testigo o miembro del grupo (clase, colegio).
- Mediar el conflicto con personas capacitadas para ello.
- Pensar en la reparación de los daños ya sean físicos, materiales o emocionales, hacia la persona, personas o hacia la clase, al haber roto la convivencia. (No como castigo, sino como reparación. Puede ser a lo mejor llevar un bizcocho para compartir y así restaurar el equilibrio, dedicar un poco de energía hacia el resto y quizá no tiene por qué hacerlo sola/o).
- Dedicar el tiempo necesario a plantear y debatir la situación, incluso repitiendo las sesiones de debate.
- Llevar a cabo lo consensuado.
En cualquier caso, para crear una cultura de resolución de situaciones, todo esto se podría ensayar, incluso sin haber conflicto, mediante dinámicas y simulacros e intentando sacar a relucir los potenciales problemas y desacuerdos antes de qué se enquisten.
Chimpón
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